
Ser integrante de PuraRisa, ha sido una de las experiencias más significativas de mi vida. Cada visita a los hospitales, cada risa que lográbamos arrancar, me hacía sentir que mi propósito era claro: Hacer un poco más llevadero su dolor y su miedo.
La conexión que logras con pacientes y familiares, la forma en que sus ojos brillan al verte entrar con tu nariz roja y tus bromas, es algo que no tiene precio. Sin embargo, ahora me siento triste porque, debido a un leve accidente, me tomará unos meses poder continuar con mi labor.
Este tiempo de recuperación me ha dejado una sensación de impotencia. No poder llevar una sonrisa, no poder ser esa payasita que se convierte en un refugio en medio de su sufrimiento, me duele profundamente.
Aunque la salud es lo primero, no puedo evitar sentir un vacío al pensar en todos esos niños y padres que me esperan y en cómo las circunstancias me han apartado de ellos por un tiempo.

Los hospitales no son solo lugares de tratamiento físico, sino de sanación emocional y siento que, de alguna manera, mi presencia allí ayuda a curar un poco esos corazones heridos.
La idea de no poder compartir mi energía, mis bromas y mis colores con esos pequeños me deja triste por el momento. Sin embargo, sé que este es solo un obstáculo temporal y que cuando me recupere, podré volver a ser esa payasita que tanto necesita ese lugar, con más ganas que nunca.
Lcda. Verónica Giler A.
Dra. Petunia